- No eres débil, eres fuerte. No pierdes, aprendes. No eres menos, eres más. No engañas, eres sincero. -
Como una ola, nunca sabes cuando te vas a romper. Si antes o después, si más cerca o más lejos. Desde fuera solo se ve serenidad, algo que a simple vista relaja y quieres contemplar, pero cuando impacta, puede llegar a asustarte, te vuelves pequeño, te sientes culpable, tal vez, de que algo tan frágil y bello se haya roto delante de ti.
Como la espuma que desprenden las olas, las lágrimas que brotan de los ojos. Un perfecto cristal que te corta el alma con tal solo mirarlo, sin ni siquiera tocarlo. Te desgarra el corazón y a cada lágrima, una grieta más profunda.
No permitas que te ataquen, no dejes que jueguen con su arma más peligrosa, porqué la tuya, aun siendo una arma blanca de doble filo que rompe el alma y desarma la mente, no es la más peligrosa. Que no te apunten con las palabras, que estas son las que te entierran con vida o te matan a sangre fría.
No dejes que los cristales te rompan, liberalos, porque sino vas a vivir en tu propia cárcel. De cristal. sí, pero forjada por barrotes que son peores que cadenas. De hierro, de cobre y de culpabilidad. El material más duro.
Esta vez voy a citar a Voltaire y voy a darle la razón cuando dice: " Las lágrimas son el lenguaje mudo del dolor".
