Carta al recuerdo:
Aquella fue la ultima vez que lo vi. La última vez que puede ver una sonrisa en su rostro. Aquella sería la última fotografía que mantendría aquel recuerdo con vida.
Corría el verano del 62, con una mañana soleada, un cielo azul que se abría paso entre los pocos pedacitos de algodón que se formaban. Salí al jardín a disfrutar de aquel día, aprendiendo a montar en bicicleta de la mano del mejor maestro.
-Mira a la cámara! Exclamó él.
Yo sin mucho convencimiento le hice caso.
Las horas transcurrían y mi afán por seguir encima de aquella bicicleta cada vez era mayor. Aquella cuesta me llamaba. Me dirigí hacia ella. No era necesario el esfuerzo de los pedales para descender, me sentía libre, me sentía…
Fue todo muy deprisa, el coche, mi rodilla quemada por el arcén de la carretera, sus brazos empujándome… El miedo era lo único que sentía latir en mi interior, el nudo hecho de remordimientos me aprisionaba la garganta, el dolor era mi mayor compañía.
PD: Siempre arderás en mi corazón Papá
21 de mayo de 2017